En Zacarías 8:23 se destaca que el pueblo de Jehová estaría unido durante el tiempo del fin.
¿Cómo ve Jehová esta unidad que hay entre los ungidos que quedan y la gran muchedumbre?
¿Qué sienten los ungidos por la gran muchedumbre?
¿Cuánta importancia tiene que Jehová haya usado a los cristianos ungidos como si fueran un imán para atraer a la gente hacia él?
¿Y por qué los ha usado a ellos?
Para contestar todo esto, abramos nuestras biblias en Isaías, capítulo 60.
Así entenderemos bien las respuestas a estas preguntas.
Isaías 60:1: “Levántate, oh, mujer, despide luz, porque tu luz ha venido.
La gloria de Jehová brilla sobre ti”.
En el cumplimiento actual de esta profecía, esta mujer celestial está representada en la Tierra por el resto ungido.
¿Qué papel desempeña?
La Biblia dice: “La gloria de Jehová brilla sobre ti”.
Es una responsabilidad especial, un privilegio, que Jehová use al resto ungido como fuente de iluminación.
Y ha sido así desde 1919.
Meditemos en lo que Jehová está consiguiendo gracias al Israel espiritual.
¿Qué está haciendo?
Veámoslo en el 3: “Naciones acudirán a tu luz, y reyes a tu brillante esplendor”.
Y eso es lo que ocurrió: las naciones acudieron.
Piensen en todas las personas por el mundo que han sido atraídas a la verdad.
Han sido atraídas a la verdad porque el resto ungido les ha ayudado a entender temas y doctrinas, como por ejemplo el Reino mesiánico, la soberanía, el rescate, el nombre de Dios… Muchas personas de todo el planeta están siendo atraídas a la verdad.
Hoy día, unos ocho millones de siervos de Dios son prueba viviente de esto.
Pero estos ocho millones no son los únicos.
No son todos.
Piensen, por ejemplo, en todos los Testigos bautizados que han muerto durante los últimos días, miles y miles de personas que amaban a Jehová.
Súmenlos a estos ocho millones de ahora.
Y no son solo personas que han conocido la verdad y ya, que siguen cargando con su vieja personalidad.
Han tenido que hacer muchísimos cambios: demostrar amor, cultivar el fruto del espíritu, ponerse la nueva personalidad, aprender de Jehová, de la Biblia, tener fe, dedicarse, bautizarse… Eso es algo que todos hemos logrado gracias a la ayuda de Jehová.
Estos son hechos.
Son pruebas concretas —pruebas, hechos—, no algo que nos imaginamos.
Es real que amamos a Dios y decimos: “Estoy de parte de Jehová.
Quiero agarrarme del judío simbólico.
¿Dónde está su túnica?”.
¿Y cómo se sienten los ungidos con esta relación que tienen con la gran muchedumbre, esta relación tan bonita?
Veámoslo en el 5: “En ese tiempo [les habla a los ungidos], verás esto y te pondrás radiante, tu corazón latirá con fuerza y rebosará de alegría [¿por qué?], porque las riquezas del mar se dirigirán a ti; los recursos de las naciones vendrán a ti”.
Piénsenlo: personas que salen del mar de la humanidad para adorar a Jehová junto a sus hermanos ungidos.
Y los corazones de los ungidos —de este sacerdocio real— palpitan con fuerza, estallan de alegría por lo que ven.
Están viendo los buenos resultados o el fruto de la obra educativa que están llevando a cabo.
Pueden ver lo importante que es su trabajo, y rebosan de alegría.
Y esta relación entre estos dos grupos, ¿cómo la ve Jehová?
Leamos el versículo 7: “Todos los rebaños de Quedar serán reunidos para ti.
Los carneros de Nebayot estarán a tu servicio [estos animales de los que se habla aquí representaban sacrificios] ”.
Y luego dice: “Llegarán a mi altar [es decir, el altar de Jehová] y serán aceptados, y embelleceré mi gloriosa casa”.
Piensen en esto.
Piensen en todos los sacrificios que está haciendo la gran muchedumbre.
De manera simbólica los están poniendo en el altar de Jehová, y él los acepta. Le gustan.
Entre los sacrificios que hacen para alabar a Jehová está, por ejemplo, usar su tiempo (un sacrificio).
También usan sus energías, sus habilidades… Dejan sus intereses personales a un lado para poder poner en primer lugar la adoración verdadera y los intereses del Reino.
¿Y qué se logra gracias al celo que demuestran, según menciona el 7?
Dice aquí que embellecer la casa de Jehová.
Se embellece el gran templo espiritual que Jehová está usando hoy día.
Está claro.
Los sacrificios que hacemos aquí —en el servicio de Betel— le agradan muchísimo a Jehová, lo complacen.
Y lo sabemos porque vemos cómo él bendice nuestros esfuerzos, nuestro trabajo, cómo responde nuestras oraciones.
¡Qué gran privilegio!
Tener la aprobación de Jehová es lo más valioso que hay en la vida.
¡Qué bueno es ser parte de esta profecía!
Lo estamos experimentando nosotros.
Ahora bien, no todos se sienten así.
No todos se alegran.
No todos rebosan de alegría y les late con fuerza el corazón por tener la aprobación de Jehová.
Vayamos ahora al versículo 14.
¿Qué se nos deja entrever en este versículo 14?
¿Qué está haciendo Jehová?
Leámoslo.
Y veamos el cuadro completo: “Los hijos de los que te oprimieron [ellos no están alegres, los oprimen] […] se inclinarán ante ti; todos los que te trataron con falta de respeto tendrán que inclinarse a tus pies”.
Así que habrá personas que tratarán a los ungidos con falta de respeto.
Los oprimirán.
Pero ¿por qué?
Tiene que ver con lo que Jehová está haciendo por medio de estos futuros reyes y sacerdotes.
Mientras ellos están cumpliendo su obligación de predicar “las buenas noticias del Reino […] en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones”, Jehová está dirigiendo la atención de todo el mundo hacia ellos, sus ungidos.
Y por medio de ellos —gracias a ellos— Jehová les está dando la oportunidad a todas las personas de declarar en un juicio universal, el juicio más importante que se ha llevado a cabo.
Tienen que aceptar o rechazar la gobernación de Jehová.
Examinemos los hechos.
Ni los campos de concentración ni la persecución ni los encarcelamientos ni las sentencias de muerte han detenido la adoración verdadera.
Al contrario, los “10 hombres” siguen agarrando con fuerza “la túnica” del judío.
No la van a soltar por nada del mundo.
Ellos no se ven a sí mismos como las pobres víctimas de hombres malvados.
Ellos son defensores de la verdad, lo que incluye el tema más importante de todos: la soberanía universal de Jehová.
Tener esta cuestión bien clara les hace aguantar situaciones extremas, situaciones como las que vemos en nuestra página web.
Volvamos de nuevo al versículo 14, donde dice que estos hombres que los oprimen y que los tratan con falta de respeto “se inclinarán” ante sus pies.
Se inclinan en señal de respeto.
¿Ha ocurrido eso ya?
Algunos perseguidores lo han hecho al reconocer la superioridad de nuestra forma de vivir, que es resultado de la bendición de Jehová.
Durante un periodo de persecución, un guarda de prisión de Tanzania dijo: “En Malaui han perseguido y matado a esta gente en vano.
Igual que aquí.
Los Testigos jamás transigen, y, a pesar de todo, siguen aumentando”.
En Tayikistán, un coronel dijo lo siguiente sobre el hermano Norov: “Admiro la conducta, la firmeza, el valor y la determinación de este hombre”.
Comentarios como los que acabamos de ver surgen cuando nuestros opositores ven la firme postura de los hermanos, aunque no les guste para nada.
Estas son solo algunas razones por las que Jehová se siente orgulloso del “judío” y de los “10 hombres”.
Leamos el 20.
Jehová dice: “Ya no se pondrá tu sol, tampoco menguará tu luna; porque Jehová será para ti una luz eterna”.
¡Eterna!
Durante más de 100 años, el Israel espiritual ha contado con la bendición de Jehová.
Su luz ha brillado sobre ellos, y no dejará de brillar.
Tal como dice aquí, Dios será “una luz eterna”.
El Sol no se pondrá.
Y la Luna tampoco menguará.
Al contrario, Jehová seguirá iluminando a sus siervos leales y cumpliendo todas sus promesas por la eternidad.
Por todo esto, nosotros decimos: “¡Aleluya!”.
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